noviembre 18, 2023
Pereira, noviembre 18 de 2023. Desde que estaba en bachillerato, a sus 13 años, Andrés Lozano descubrió su pasión por el deporte: inició con porrismo, siguió con gimnasia artística y en 2005, un entrenador de clavados vio sus aptitudes para ese deporte y lo invitó a probarse en esa disciplina.
Empezó a entrenarse en las piscinas de su tierra natal, Villavicencio. Siempre contó con el apoyo de su madre, hasta que ella falleció. Y luego siguió su camino de forma independiente, contando con el apoyo económico de su departamento.
En 2004 participó en los Juegos Nacionales, en la modalidad de gimnasia artística; pero se alejó del deporte porque consideró que era el único gimnasta de su departamento. Pasaron más de 15 años cuando fue convocado por la liga de natación del Meta, para participar en los presentes del Eje Cafetero.
“Entrené muy fuerte durante los dos años previos a llegar a Pereira. También tuve participaciones en Medellín y Cali”, destaca Andrés, quien además agradece “que los gastos son pagados por el departamento; pero la invitación a los nuevos líderes es que haya más clavadistas, para que los semilleros deportivos puedan realizar un mejor trabajo de desarrollo”.
¿Y cómo hacerlo? El atleta también tiene la respuesta: “Son cosas que se logran, entre otras, mejorando los trampolines, la cama elástica, el foso, entre otros elementos necesarios para evolucionar en esta disciplina, y subir de nivel en el ámbito nacional”, añade.
Los clavados son un deporte de mucha concentración, ya que implica lanzarse de diferentes alturas: 1 y 3 metros con trampolín, y 10 metros desde una plataforma, algo que para Andrés “no todas las personas tienen el valor para hacer”.
Él confiesa sentir un poco de nerviosismo al competir, así sea reconocido como el ‘Cuchito de los clavados’. “El único que sabe lo que va a pasar, es el que está arriba, es decir, Dios”, agrega.
A pesar de su gran determinación, los resultados en la prueba de clavados no fueron los más satisfactorios. Sin embargo, continúa con su fe intacta, y seguirá persistiendo para cumplir sus sueños porque considera que aún le falta un largo camino por recorrer.
Hoy, a sus 39 años, dice que aún se siente joven, y que su edad no es impedimento para el deporte, y anhela seguir compitiendo en las categorías senior de clavados, con la ilusión de participar en campeonatos mundiales.
