noviembre 20, 2023
Armenia, 20 de noviembre de 2023. Los 20 kilómetros marcha son un desafío mental y físico. Una superación constante de obstáculos cognitivos, que requieren de persistencia y energía, a lo que se le suma la tensión constante que experimenta el cuerpo con cada paso que se da. Una fusión de retos internos que obligan al atleta a estar enfocado en una meta para no sufrir de un colapso emocional que lo lleve a abandonar.
Es fácil tomar ese camino, pero para Mariana Madrid Castaño no. Con tan solo 20 años el deporte se convirtió en su motor de vida. “Lo practico hace cuatro años y me dio un giro de 180 grados, porque me convirtió en una persona más disciplinada”, dice la representante del Quindío en la competencia de los 20 kilómetros marcha, después de una carrera en la que el desafío mental fue constante.
El ritmo de carrera combinado con una ampolla en un pie, hizo que le perdiera el paso al grupo casi de forma inmediata. Pero a pesar de los obstáculos, de ver cómo sus compañeras le empezaban a sacar vueltas de ventaja, su enfoque estuvo en llevar siempre un ritmo con el que pudiera superar su registro personal: 1:56:00. Estuvo cerca, pero las amonestaciones le impidieron esa pequeña victoria.
No obstante, no lo ve como una derrota. “Terminar esta carrera me deja claro que uno debe superar los obstáculos que se le aparecen en la vida. Tal vez, las cosas no salieron como lo esperaba, pero esto que me pasó se convierte en aprendizaje para futuras competencias y sé que más adelante voy a estar mejor”, resalta como si estuviera haciendo una introspección tras la prueba, que dejó como ganadora del oro a Sandra Lorena Arenas.
Esa voluntad que demostró Mariana Madrid, a lo largo del recorrido, fue aplaudida por entrenadores rivales, quienes desde afuera siempre le gritaron palabras de ánimo para que terminara. Gritos de “¡Vamos, vamos! ¡Mantén el ritmo! ¡Falta poco!” se escuchaban. Todos un impulso más para superar la línea de meta. Además, era la local y terminar más que un compromiso consigo misma, era demostrar que en su departamento también se forjan atletas con carácter y gallardía.
Los mismo valores con los que se arma cada día para viajar de Quimbaya a Armenia para entrenar y responder a sus estudios de educación física, en la Universidad del Quindío. Junto con ella está la familia, brindándole siempre un apoyo como lo hicieron a lo largo de la prueba: Patricia Ocampo, la mamá; Liliana Ocampo, su tía y su hermana, Ana María Madrid estuvieron muy atentas a su desempeño.
A pesar de las dificultades, terminó la prueba y el resultado le dejó una enseñanza inmensa: nunca bajar los brazos. La posición queda en un segundo plano, porque estas son evaluaciones para ir progresando en su proceso. Las derrotas también son victorias, todo depende desde el punto de vista en el que se mire.
